Si la media en un adulto decíamos que estaba en siete u ocho horas, este tiempo en los niños debe ser ligeramente superior. No tenemos que olvidar que ellos gastan mucha más energía y que, para que su cerebro rinda correctamente en el colegio, deben estar perfectamente descansados.
Los pequeños deben dormir, más o menos, diez horas para no ver modificado su ritmo de vida. Esto, además, ayuda a que no tengan problemas de sobrepeso ya que, dormir una hora adicional, reduce un 36% las posibilidades. Para que los niños concilien el sueño sin problemas el secreto está en no estimular la actividad cerebral desde una hora antes de acostarse, así estarán tranquilos y relajados.
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