La hidroterapia es la rama de la hidrología que estudia la aplicación externa del agua sobre el cuerpo humano con fines terapéuticos, y esencialmente como vector mecánico y térmico. Es el uso del agua en la prevención y tratamiento de dolencias, que nos ayuda a mejorar nuestras condiciones de salud.
Es un método tradicional de tratamiento que viene siendo usado por diferentes culturas hace muchos años, principalmente por romanos, chinos, japoneses, griegos, egipcios y hebreos.
El elemento curativo no puede ser más sencillo: el agua, el elixir vital de la Naturaleza. Si bien resulta simple, no es por ello menos efectiva que cualquier otra de las innumerables terapias que han ido surgiendo y desarrollándose en el curso de la historia de la Medicina.
Hipócrates, considerado el padre de la medicina, en su obra "Tratado de las aguas, de los aires y los lugares" dice: "... el médico debe estudiar el uso del agua a título de agente terapéutico y recomendarla en algunas enfermedades, sobre todo cuando sea preciso combatir el exceso de calor que las fiebres provocan en el cuerpo humano". También hace hincapié en la reacción que se produce después de aplicar el agua fría sobre la piel y sus efectos revulsivos.
Durante la edad media, se ignoran por completo las prácticas hidroterápicas, y es en la corte de Luis XI donde se reanudan el gusto por el baño y el masaje. A mediados del XVI y principios del XVII cuando el Renacimiento junto con las artes impulsa la utilización del agua como agente terapéutico. Se actualizan los textos hipocráticos y galénicos.
Incluso, técnicas hidroterapéuticas se han utilizado en los hospitales para enfermos mentales, por ejemplo, en la ciudad de México: el Divino Salvador y San Hipólito. Su vigencia perdura y sigue siendo de utilidad en el Manicomio General o la "Castañeda", hasta que los tratamientos farmacológicos cobran más fuerza y generan de este modo su desaparición paulatina.
En 1793, Currie publica una gran obra, en la que recopila experiencias en hospitales y describe el tratamiento a que él personalmente ha sometido a 153 pacientes afectados de fiebre contagiosa y que mediante la aplicación del agua fría han sanado. Sienta unos postulados conocidos por "Las bases hidroterápicas de Currie", en los que se definen los efectos del agua fría en el organismo:
- Sustracción del calor.
- Sedación del sistema nervioso.
- Aumento de la vitalidad de las partes.
De forma casi inconsciente, la mayoría de nosotros utilizamos o hemos utilizado alguna técnica de hidroterapia, como por ejemplo cuando al ducharnos nos aplicamos chorros de agua fría y caliente, o como cuando nos ponemos una compresa de agua fría en la frente para bajar la fiebre.
La influencia de la hidroterapia y termoterapia ( terapia producida por el calor), en los sistemas estructurales y orgánicos del cuerpo humano producen equilibrio. El uso regular de esta terapia produce un bienestar notable ya que desaparecen los dolores y molestias en general.
Es necesario plantear que el cuerpo humano está compuesto por sistemas generales:
- estructura ósea
- cerebro y sistema nervioso
- sistema muscular
- sistema metabólico
- sistema circulatorio sanguíneo
- sistema linfático
- sistema glandular y, filtros.
Estas dos anomalías son responsables de muchas de las enfermedades comunes en estos tiempos y sobre todo de las alteraciones de tipo cardíaco. También tienen influencia en los problemas reumáticos, alérgicos, emocionales, insomnio. En suma, de un alto porcentaje de circunstancias que reducen la calidad de vida.
El agua limpia purifica la piel, mientras que su calor elimina la tensión nerviosa del cuerpo. En el caso de personas que llevan una vida muy ajetreada, el momento del baño resulta un escape y una oportunidad para restaurar la sensación de paz y tranquilidad interior.
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